Este libro, no poco más de 100 páginas, nos explica Albert Londres lo duro e ironicamente que es el Tour de Francia en 1924. Albert Londres erá un entrenador que siguió esta carrera desde su automóvil. Nos comenta que empiezan la carrera con casi 100 hombre y la acaban 60. Los ciclistas tienen que sufrir para poder conseguir la fama, porque algunos sólo le importa eso, y a otra aunque no ganen se sienten orgullos de poder participar en esta carrera. Muchos ciclistas se quedan a mitad de camino porque se les pincha un rueda, porque se caen o porque son arrollados por los automóviles... Aguantan desde las largas horas sin moverse del sillín y con unas ciertas normas como la de salir con el mismo material que entrantes sino serán expulsados, y tienen que asumir el mal estadoa de la carreteras. Pero muchos de estos lo soportan dopandose. Los ciclistas de esta carrera no son héroes ni bandidos, están LOCOS. Y en muchas ocasiones por la rivalidad de un equipo a otro se comportan como niños pequeños sin ningún tipo de madurez.
En mi opinion este libro al empezarlo me parecía aburrido y no lo entendía demasiado bien, pero el final se me hizo mucha más interesante y lo terminé enseguida. En difinitiva me ha gustado el libro, pero me gustó más el libro El corredor de fondos.
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